Tristemente, con el paso de los meses hemos llegado a nuestro último taller con la Prof. Olga Gil. Unos meses en los que no hemos cesado de reflexionar en el ciclo de políticas públicas que, como vimos en el primer taller, concluye con la fase de evaluación.
Pues bien, de acuerdo con la Prof. Carmen Navarro, el objetivo de dicha fase de evaluación es la recopilación y análisis sistemático de información que nos permite emitir juicios sobre el mérito y valor de la política o programa evaluado.
De este modo, centrándonos en el borrador "Behind smart cities worldwide" elaborado por GIL, O. y NAVARRO, C. hemos puesto el foco en la fase de evaluación de las políticas públicas puestas en marcha en relación con la materia de ciudades inteligentes de ocho ciudades de tres continentes.
Una vez dicho esto, en SHINBUN nos planteamos dos cuestiones:
1. ¿Cuáles han sido las instituciones movilizadas en el proceso de producción de la política pública?
En las comparaciones que realiza el estudio sobre ciudades inteligentes es posible apreciar cómo varían las instituciones movilizadas dependiendo del modelo de gobierno de cada ciudad o país.
Así, en Taiwan y Shanghai participan gobierno local, universidades, empresas nacionales y extranjeras y bancos, aunque en Shanghai destaca la creación de un Comité de Expertos en Smart Cities y del Centro de Promoción de Smart Cities.
Por su parte, en Japón impera la actuación tanto del gobierno local como de las universidades y empresas de tecnológicas, energéticas y estatales, mientras que en Iskandar se opta por una Autoridad Regional.
De este modo, puede apreciarse cómo por lo general el recurso a la ayuda universitaria es muy utilizado por los lugares citados, aunque Nueva York también moviliza aparte a su Ayuntamiento y ciudadanos.
Ámsterdam opta por un Consejo para dirigir sus proyectos, a la vez que Málaga ha creado el CEMI (un centro local de procesamiento de datos) y Tarragona actúa por medio una Fundación. Todo ello sin olvidar Santander, cuyo proyecto todavía está en sus inicios y no es posible distinguir sus instituciones actoras.
2. ¿Cuáles deberían ser los principales indicadores en la fase de evaluación?
Si ya el trabajo "Behind Smart Cities Worldwide" nos daba una pista de qué dimensiones pueden emplearse para analizar el desarrollo de las ciudades inteligentes elegidas (gestión y organización, tecnología, contexto político, gente y comunidades, construcción e infraestructuras, medioambiente y gobierno), en esta ocasión otro informe: "2012: Smart Cities" realizado por AMETIC y el Foro TIC para la Sostenibilidad es el que nos da las claves para poder seleccionar nuestros ejemplos de indicadores:
Finalmente, ya no queda más que despedirme. Así, tanto en nombre de SHINBUN como en el mío propio, he de daros las gracias por habernos acompañado en nuestros análisis de políticas públicas. Ha sido una experiencia muy interesante que esperamos poder seguir si las circunstancias lo permiten.
Pero además quiero agradecerle a mi equipo SHINBUN su buenísima predisposición y colaboración. Ha sido un privilegio el que me hayáis hecho partícipe de vuestras experiencias y culturas para poder analizar las políticas públicas seleccionadas desde el mayor número de ángulos y puntos de vista posibles.
Así, sin tampoco olvidar el papel de nuestra guía, la Prof. Olga Gil, que ha dirigido y pulido nuestros trabajos:
De este modo, centrándonos en el borrador "Behind smart cities worldwide" elaborado por GIL, O. y NAVARRO, C. hemos puesto el foco en la fase de evaluación de las políticas públicas puestas en marcha en relación con la materia de ciudades inteligentes de ocho ciudades de tres continentes.
Una vez dicho esto, en SHINBUN nos planteamos dos cuestiones:
1. ¿Cuáles han sido las instituciones movilizadas en el proceso de producción de la política pública?
En las comparaciones que realiza el estudio sobre ciudades inteligentes es posible apreciar cómo varían las instituciones movilizadas dependiendo del modelo de gobierno de cada ciudad o país.
Así, en Taiwan y Shanghai participan gobierno local, universidades, empresas nacionales y extranjeras y bancos, aunque en Shanghai destaca la creación de un Comité de Expertos en Smart Cities y del Centro de Promoción de Smart Cities.
Por su parte, en Japón impera la actuación tanto del gobierno local como de las universidades y empresas de tecnológicas, energéticas y estatales, mientras que en Iskandar se opta por una Autoridad Regional.
De este modo, puede apreciarse cómo por lo general el recurso a la ayuda universitaria es muy utilizado por los lugares citados, aunque Nueva York también moviliza aparte a su Ayuntamiento y ciudadanos.
Ámsterdam opta por un Consejo para dirigir sus proyectos, a la vez que Málaga ha creado el CEMI (un centro local de procesamiento de datos) y Tarragona actúa por medio una Fundación. Todo ello sin olvidar Santander, cuyo proyecto todavía está en sus inicios y no es posible distinguir sus instituciones actoras.
2. ¿Cuáles deberían ser los principales indicadores en la fase de evaluación?
Si ya el trabajo "Behind Smart Cities Worldwide" nos daba una pista de qué dimensiones pueden emplearse para analizar el desarrollo de las ciudades inteligentes elegidas (gestión y organización, tecnología, contexto político, gente y comunidades, construcción e infraestructuras, medioambiente y gobierno), en esta ocasión otro informe: "2012: Smart Cities" realizado por AMETIC y el Foro TIC para la Sostenibilidad es el que nos da las claves para poder seleccionar nuestros ejemplos de indicadores:
- En general, el Índice de Prosperidad de las Ciudades de la ONU, que mide productividad, infraestructura, calidad de vida, igualdad y sostenibilidad medioambiental.
- Contexto político: Índice de democracia elaborado por el diario The Economist (proceso eletoral, pluralismo, libertades civiles, participación y cultura política, etc.).
- Gente y comunidades: participación en las últimas elecciones locales o en las elecciones europeas para comprobar el interés en la vida pública y el cosmopolitismo, o el porcentaje de extranjeros para medir la pluralidad social.
- Construcción e infraestructuras: superficie habitable por ciudadano, inversión del Estado en construcción o viviendas de protección oficial, cuota de viviendas que respetan los estándares o satisfacción con el transporte público, etc.
- Medioambiente: número de espacios verdes, enfermedades respiratorias crónicas por habitante, etc.
- Gobierno: medir su transparencia mediante una encuesta sobre la satisfacción con la lucha contra la corrupción, o la representación ciudadana por el número de representantes locales por ciudadano y el gasto social en políticas públicas por persona.
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| Notas del último taller. |
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| Selfie de SHINBUN, de izq. a der.:Marya, Gabriela, Nicolás, Luisa y Víctor. |
Así, sin tampoco olvidar el papel de nuestra guía, la Prof. Olga Gil, que ha dirigido y pulido nuestros trabajos:
¡Gracias y hasta siempre, queridos bloggers!
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Selfie de SHINBUN, de izq. a der.: Gabriela, Nicolás, Luisa, Víctor y Marya.
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